AgroMoll Tapa Superior

Lomos de burro despintados. Escribe Sol Pérez Ferrer

Guillermo Ibarra

¿Cuánto le puede salir al Municipio pintar los reductores de velocidad que hay en el pueblo? Comúnmente llamados lomos de burro o lomadas, actualmente la mayoría están sin señalización adecuada, tapados de tierra y del mismo color del pavimento… es imposible verlos. Conozco casos de caídas de motociclistas y ciclistas a causa de la no visibilidad de estos dispositivos.
En una nota en Página 12, el presidente de Luchemos por la Vida Asociación Civil, Alberto Silveira, dijo que los lomos de burro “son herramientas eficaces para reducir la velocidad, que es la primera causa de muerte de los peatones, que son los más vulnerables en el tránsito”. No obstante remarcó que “tienen que estar bien hechos, señalizados con anticipación y debidamente iluminados”. “Por eso apoyamos su uso en zonas de mucho paso de peatones, en proximidad de escuelas y lugares donde en la práctica hay exceso de velocidad y sean necesarios para asegurar que no se superen los límites”.
Yo no estoy en contra de los reductores pero: «tienen que estar bien hechos, señalizados con anticipación y debidamente iluminados”.
Para poner de ejemplo, los de la avenida 16 en un Gol, con 4 personas, si no los pasas en primera y cruzando el auto, rompes todo.
No creo que pintarlos sea un gasto tan elevado que el municipio no pueda afrontar…
Sol Pérez Ferrer
(Imagen de portada meramente ilustrativa y de archivo)

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