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Alejandra Russo. Cantante, navarrera y buena gente

Guillermo Ibarra

Alejandra Russo heredó el don de gente y la amabilidad de Leonilda y Chacho, dos grandes personas que aquel Navarro de antaño, nos permitió afortunadamente disfrutar. Fueron, cómo dicen los chicos de hoy, «todo lo que está bien» y Ale tomó la posta, aunque hace ya unos cuantos años, dejó nuestro pueblo.

Hace mucho tiempo que Alejandra está estudiando canto e interpretación en la Escuela de Interpretación del Cantante Popular de Patricia Belieres y Alejandro Cancela, dos profesionales de basta trayectoria que han unido sus experiencias para aplicarlas en la formación de artistas. Ha cantado en muchísimos lugares, uno de ellos y quizás uno de los más emblemáticos fue en 2018,  «La Botica del Ángel», el museo escenográfico bautizado de ese modo por el propio Eduardo Bergara Leumann. Para que tengan una mínima dimensión de la calidad de los artistas que por pasaron por ese lugar, basta con mencionar por ejemplo, a Domingo Cura y Ariel Ramírez, quienes interpretaron parte de la Misa Criolla. Aquella vez, hubo gente amiga de nuestra ciudad, disfrutando del show. Nos contó Alejandra en una charla telefónica, que hay promesa de ver algo parecido muy pronto, aunque a lo mejor no sea exclusivamente de tango. Ale ha cantado también en diferentes lugares, tales como el Espacio Cultural NoAvestruz de Palermo, el Espacio Brisas, los teatros Circe y Hasta Trilce, en La Paila, Gargantúa, el Centro Cultural Recoleta, El Botánico y muchos otros. También lo hizo durante casi tres años hasta su cierre en pandemia, en El Vesubio, la heladería más antigua de Buenos Aires en Corrientes y Libertad, donde también fue acompañada por amigos navarreros. Aquí en Navarro, tuve la oportunidad de disfrutar de su voz y su impronta en el Club de Golf, donde cantó tangos. Sobre el particular, Ale refiere que le debe un poco su acercamiento al tango, a Fernando Bugallo, que fue quien la invitó a venir a acompañarlo y entonces ella se despegó un poco de los estilos que venía proponiendo: folcklore, canciones en francés, en portugués (fados). De ese modo conoció a gente que la llevó a cantar en lugares por ejemplo de zona sur o reuniones privadas con diferentes músicos. «Si bien no soy tanguera, no fuí tanguera, voy descubriendo el tango a diario con su música, con sus acordes, con su poesía; me encanta«; finalizó Alejandra.

En aquel show en «La Botica» que mencionáramos en el inicio de la nota, Alejandra se inspiró en «las mujeres del tango» e interpretó temas como: Yo soy María, Maquillaje, Loca y Milonguita. Ése espectáculo o alguno similar, quizá sea el que pronto se pueda disfrutar nuevamente en aquel mítico lugar porteño. Ya tendremos novedades.

Cómo siempre lo afirmo, Navarro exporta talentos en forma permanente. Alejandra Russo es uno de ellos y además, con el agregado para quienes conocemos su familia y su historia, de poder disfrutar de su dulzura, su paz, su sonrisa y del legado de Chacho y Leonilda que les mencioné en el inicio de la nota; su don de gente. A veces decimos que nuestro país está dividido en dos; sin entrar en detalles, los que queremos una cosa y los que quieren otra. Yo particularmente estoy del lado integrado por la gente como Chacho, como Leonilda y como Ale…….

Me gustó mucho hacer esta nota…De a poco, desempolvamos el teclado y volvemos a instalar las clásicas notas de El Navarrero. Espero que les guste.

 

 

 

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