Impresionante Canapino. El titán dio pelea hasta el final y un accidente lo dejó fuera en el Indy 500
28/05/2023
Guillermo Ibarra

En el comienzo, el Titán de Arrecifes ganó cinco lugares por sobrepasos y llegó a poner 15º por los movimientos que hubo en el clasificador debido a las primeras detenciones que fueron en la vuelta 33. En ese momento también se detuvo Canapino para cambiar sus neumáticos y recargar combustible. Su equipo, el Juncos Hollinger Racing, cumplió con una gran labor ya que demoró solo 7,8 segundos.
Al ser una competencia de 200 vueltas y más de tres horas, la estrategia fue clave. Se trató de una partida de ajedrez dentro una pista. La clave fue regular el consumo de combustible y de los neumáticos para intentar tener la menor cantidad de paradas en los boxes para reabastecimiento y colocación de nuevas gomas. Por eso Canapino y su escudería supieron esperar la carrera.
Cabe recordar que en la IndyCar se usan los mismos autos. Todos son chasis Dallara IR18 y lo que cambia es la motorización y hay dos proveedores, Honda y Chevrolet. Ante esa paridad están los trabajos de los equipos en la puesta a punto y conseguir las mejoras posibles en la suspensión para la tracción y en la aerodinámica, para permitir una mejor entrada de aire y que el coche no tenga resistencia al avance y por ende más velocidad. A este combo se suma el manejo del piloto para hacer la diferencia.
Ante esta incidencia y la neutralización todos los corredores hicieron su tercera parada y se produjo un hecho insólito ya que al volver a pista al neerlandés Renus VeeKay hizo una maniobra similar a la de Legge, pero generó el golpe con el español Alex Palou, el poleman y uno de los máximos favoritos al triunfo, pero ambos pudieron continuar. Algo parecido pasó luego entre los compañeros de equipo en el Andretti Autosport, el francés Romain Grosjean y el local Colon Herta.
Más allá de su talento y la impronta ante el desafío más importante de su campaña deportiva, la clave de Canapino estuvo en su factor mental. Supo cuál era su límite y nunca fue más allá. Por caso, si bien logró superaciones, no arriesgó en otras ocasiones como en el sobrepaso que le propinó el brasileño Hélio Castroneves.
Es que las 500 Millas de Indianápolis es la carrera más rápida del planeta a nivel pista en la que cualquiera puede fallar como le pasó al mismo Grosjean, con diez años en la F1. El galo (se bajó por sus propios medios) sufrió un choque en la vuelta 150 y obligó a otra neutralización. Ante esta incidencia la mayoría volvió a ingresar en los boxes.
En el tramo final hubo un accidente espectacular. El sueco Felix Rosenqvist golpeó contra el muro y dañó la suspensión delantera de su auto. Quedó cruzado en una curva y fue embestido por el estadounidense Kyle Kirkwood, que luego chocó contra el muro y volcó. El corredor fue asistido y lo trasladaron al centro médico del circuito. Fue la tercera neutralización de la competencia.
En el siguiente relanzamiento Canapino debió entrar a boxes para recargar combustible ya que solo le quedaba un resto para dos vueltas y aún faltaban diez. En su retorno a la pista quedó 17º y se mostró con buen ritmo, pero por querer eludir al auto chocado de Simon Pagenaud, sufrió un trompo 360º, golpeó su auto y dañó la dirección. Siguió unos metros y luego embistió al coche de mexicano Pato O’Ward. Agustín bajó por sus propios medios y también fue al centro médico del circuito sólo por control. Agustín es el primer argentino en largar las Indy 500 luego de 83 años tras la participación. Martín de Álzaga Unzué y Raúl Riganti fueron los pioneros y compitieron en 1923 con sendas Bugatti Type y abandonaron por fallas en una biela y en el tanque de nafta, respectivamente. Riganti volvió en 1933 y fue 14° con un Chrysler y en 1940 se golpeó tras un despiste con una Maserati. En tanto que Juan Antonio Gaudino abandonó por una falla en el embrague de su Chrysler en 1932. En 1958 el propio Juan Manuel Fangio no pudo correrla al no tener un medio mecánico acorde en el Kurtis Kraft 500G Offenhauser. También penó en el intento Carlos Alberto Pairetti en 1970 con un Drake-Offenhauser.
En cuento a la lucha por la punta se la disputaron los propios O’Ward y Rosenqvist, los estadounidenses Josef Newgarden y Santino Ferrucci, el japonés Takuma Sato, quienes en diversas vueltas lideraron al igual que Palou, pero que se retrasó tras el impacto que tuvo en los boxes. En el momento del incidente que involucró a Canapino, Newqarden era el que había prevalecido en la lucha. La carrera se detuvo con bandera roja. Luego del último relanzamiento, el sueco Marcus Ericsson era el que estaba adelante, pero Newgarden aprovechó la succión detrás del escandinavo al que superó en la última vuelta y por 97/1000 se llevó por primera vez la victoria en la mítica carrera.